lunes, 8 de septiembre de 2008

Ocurrió hace apenas un año...

Ocurrió hace apenas un año, desperté apenas 3 horas de haber iniciado el día y a tan solo 2 de haber tocado la cama para descansar. La noche anterior a ese día no fué una noche sencilla, mi maleta seguía sin terminarse pero eso podía esperar puesto que mis amigos (ese clan tan inseparable que tanto quiero) habían ido por mi a lo que sería mi última cena de tacos de pastor de Santa Ana en un largo tiempo, momento que se vió interrumpido por la furia de mi padre quien con un simple grito de "¿por qué no has terminado tu maleta?" hizo que regresara a mi casa de inmediato a terminar esas maletas de una vez por todas. Telcel se hizo millonario con todas las llamadas y mensajes que hice en el último momento a todas aquellas personas que en ese momento creía que valían la pena llamar... después me di cuenta de que no hubiera necesitado realizar tantas llamadas, pero en fin, lo hecho hecho está.

Una de las llamadas más importantes en ese momento fué con Bere, ese encanto de mujer que a lo largo de 8 años se ha ganado a todo pulso el título de "Mejor amiga" y que muuuy pero muuuy dificilmente alguien podrá quitarle. Me recuerdo con lágrimas en los ojos, diciéndole cuánto los iba a extrañar a mis dos grandes amigos (ella y Oscar, mi otro hermano perdido que hace 8 años también tuve la fortuna de conocer), aún a tan solo unas cuantas horas de partir, mi cabeza me preguntaba si realmente estaba seguro de la decisión que había tomado.

Pero todo eso había quedado atrás, ahora ya era tiempo de despertar y bañarse. Como si fuera un día más, pero levantarse en sábado a las 3 de la mañana?!...ja! que loco! Con las pocas energías que tenía salí de mi cama, le dí un ultimo abrazo a mis sábanas y me dirigí hacia la regadera. Sin duda el baño me reanimó por un tiempo, con lo cual empecé a hacer una última revisión de las cosas que había decidido llevarme. Una ultima inspección al contenido de las maletas y ahora si, era hora de lo más dificil.

Mi mamá y mi hermana salieron de sus recámaras, lentamente se incorporaban y recordaban qué hacían despiertas tan temprano en sábado. Era el momento del adiós, un adiós que hasta la fecha recuerdo, un adiós difícil sin duda. Tenía que ser fuerte, demostrarle a mi mamá que yo estaba bien y lleno de ganas por salir a esta nueva aventura, aunque por dentro mi alma se estuviera desgarrando al verla llorar por la despedida de su primogénito. Me dió todas las bendiciones que se sabía, me abrazó y rompió en llanto como si fuera la última vez que me fuera a ver, yo por dentro me sentía terrible, pero tuve que enmascarar todo mi dolor en un falso "tranquila mami, estoy bien, yo estoy super feliz de irme y tu también debes de estarlo, será una nueva aventura y pronto nos volveremos a ver".

Eran las 4:30 am, ahora le decía adiós a mi querido Distrito Federal, a ese DF que tanto había maldecido en las mañanas por el estresante tráfico que me envolvía diariamente y que tanto bendecía los fines de semana por tantas actividades que podía realizar para divertirme en compañía de los amigos y la familia. Por dentro no dejaba de preguntarme si aún estaba seguro de que lo que estaba haciendo era lo que quería. Respuesta que se me dificultaba responder y más cuando comencé a recibir varios mensajes de texto de mis amigos, quienes habían despertado a tales horas en sábado solo para desearme un feliz viaje.

El camino tampoco fué algo placentero, sin duda el trayecto se hacía interminable! Había tramos en la carretera que se hacían eternos y que parecían un ciclo sin fin. Rectas tras rectas tras rectas y unicamente haciendo pequeñas escalas para cargar gasolita y estirar un poco las pierns, por fin a las 5:30 pm, después un laaargo camino recorrido llego a mi desito: Ciudad Acuña, Coahuila.

Quizá llegué en mal momento, quizá eran los sentimientos de inseguridad, quizá era el hecho de que media ciudad se encontraba en repavimentación, no sé, pero Acuña no me parecía una bonita ... "ciudad", empezando porque a los ojos de un chilango que ha vivido toda su vida en una urbe Acuña no era algo que precisamente se podría considerar "ciudad" pues era descaradamente pequeña en comparación con el DF. A eso le sumamos que Acuña estaba cubierta por cortinas y cortinas de polvo producto de la repavimentación de muchas calles. En fin, no era el mejor momento de Acuña sin duda alguna, lo cual me deprimía en cierta forma.

Caía la noche y era el momento de una segunda despedida, esta vez era mi papá quien debía tomar un autobús rumbo a la Ciudad de México, fué ahi cuando toda la rudeza y seriedad de mi papá se transformaron en unas cuantas lágrimas que no pudo ocultar ante mi, lágrimas que fueron calmadas por un "nos veremos pronto".

Ahora era el momento de la verdad, encaminarme hacia el puente internacional en donde me esperaba el cónsul Fernando, quien sin duda facilitó mi ingreso a los Estados Unidos por primera vez. Tras unos minutos de charla me encaminó hacia el hotel donde habría de hospedarme hasta encontrar otro lugar para vivir. Mi primera impresión de Del Rio, contrario a Cd. Acuña, fué buena. Si la ciudad era pequeña sin duda tenía mas pinta de ser una "ciudad" como tal. Tiendas de autoservicio, Cadenas de Restaurantes y un centro comercial (pequeñisimo, pero al fin centro comercial).

Una vez en el hotel lo primero que hice fué comunicarme con mi familia. Avisar que ya me encontraba establecido, estas palabras lograron calmar a mi mamá quien claramente cambió su tono de voz en cuanto escucho que me encontraba bien. Después de llamar a mi familia necesitaba tomar un baño, el cual mezclado con toda la serie de emociones vividas ese día terminaron por causarme un sueño de cantidades industriales.

Así transcurrió ese día que marcó parte de mi vida. Si me lo preguntan en este momento, no, no me arrepiento de haber tomado esta decisión. Con el paso del tiempo he aprendido a querer a Acuña y a Del Rio. En esta experiencia he conocido a muchisimas personas, he creado muy buenos amigos, he ampliado mis horizontes turisticos jejeje, pero lo más importante...he descubierto y digo con todo orgullo que el cariño y la unión con mi familia y con mis amigohermanos en México no se ha debilitado en lo más mínimo.

El tiempo sigue corriendo y aún seguimos escribiendo aventuras nuevas en nuestro libro del año. ¿Qué pasará más adelante?, no lo sé...pero estoy seguro que venga lo que venga estaré dispuesto a aceptar el reto así como ocurrió...hace apenas un año.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Time goes by soooooooo quick!

Anónimo dijo...

Wow... cierto... yo casi me infarto cuando caí en cuenta de que te ibas a los "States"... cómo pasa el tiempo!!!

Pero bueno X... porque cada que vienes, ni hablas... así que TALK TO THE HAND!!!!

Feo!!!

Jejeje

Anónimo dijo...

Un año tan pronto???? Wow!, un suspiro nadamás jajaja (obvio q no)

T.Q.M.N.H.